sábado, 20 de agosto de 2011

El Dios desconocido de Ramta

Hoy transcribo del libro Enseñanzas selectas de Ramta parte del capitulo 1, denominado Por amor a nuestro ser. A fin de compartir con ustedes mis amigos la belleza y simplicidad de lo que sí es.

..."Como ya lo sabéis, yo fui un gran guerrero. Con una espada podía partir a un hombre en dos segundos. Había decapitado, cortado, matado sanguinariamente; había olido la sangre y quemado gente en la hoguera, pero, ¿por qué hice todo eso? El sol se ocultaba en su magnificencia después de todo; el pájaro cantaba en la noche y la luna salía a pesar de todo.
Fue entonces cuando empece a reflexionar sobre el Dios desconocido. Lo único que realmente quería era comprender esa esencia invisible que parecía ser tan impresionante, tan misteriosa, tan lejana al hombre. ¿Y qué era el hombre? ¿Por qué no era él superior al sol? ¿Por qué era el hombre -La más numerosa multitud sobre este plano, la fuerza creadora- aparentemente la más vulnerable de todas las creaciones? Si el hombre era tan importante como lo sostenida mi pueblo, ¿por qué no era lo suficientemente importante como para que el sol se detuviera a llorar su muerte? ¿O para que la luna se tornara de color purpura? ¿ O para que las aves suspendieran su vuelo? El hombre parecía ser algo sin importancia, pues todas las cosas se perpetuaban a pesar de su riesgo.
Lo único que yo quería era saber.
No tenía ningún maestro que me enseñara sobre el Dios desconocido, porque yo no confiaba en ningún hombre. Ya sabía de las malas intenciones del hombre; ya había perdido mucho por culpa de él. había vivido el desprecio del hombre hacia su semejante hasta el punto de llamarle desalmado. había visto masacrar y prender fuego a inocentes. había visto niños, desnudos sobre plataformas para rematar esclavos, que eran examinados por almas perversas. Había visto sacerdotes y profetas que, a causa de su odio a la humanidad, inventaban criaturas feas que atormentaban para poder dominar y esclavizar mediante reglas y formas religiosas.
Ningún hombre con vida iba a ser mi maestro, puesto que todo hombre viviente tenía su pensamiento alterado, había tomado lo que era puro e inocente y lo alteraba con su entendimiento limitado. de modo que no quería saber nada de un dios que había sido creado por él entendimiento humano, porque, si el hombre creaba al dios, éste era deleznable.
Fueron los elementos de la vida los que me enseñaron acerca del Dios desconocido. aprendí de los días y de las noches, de la vida tierna e insignificante que abundaba a pesar de la destrucción y la guerra.
Contemplaba al sol en su advenimiento de gloria sobre el horizonte. Observaba su viaje a través de los cielos hasta llegar a la esfera occidental. aprendí que el sol, aunque era mudo, sutilmente controlaba la vida, pues todos los bandos que estaban guerreando dejaban de pelear cuando el sol se ocultaba.
Observaba la belleza de la luna, los fuegos de nuestro campamento,... etc.
No fue hasta que observe y reflexione sobre la vida y su continuidad hasta cuando descubrí quién era realmente el Dios desconocido. Razoné que el Dios desconocido no eran los dioses que habían sido creados por el pensamiento alterado del hombre. Me di cuenta de que los dioses que viven en las mentes de los hombres no eran mas que las representaciones de las cosas que ellos más temían y respetaban; me percate de que el Dios verdadero es la esencia eterna que le permite al hombre crear y representar sus ilusiones del modo que éste escoja,y que siempre estará ahí cuando el hombre regrese para otra primavera, otra existencia. Me di cuenta de que es en el poder y en la continuidad de la fuerza de la vida donde realmente está el Dios desconocido".

Continuará.


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